Paz Global en Movimiento VIII: La Isla de la Paz
18 Junio - 1 Julio 2012
Escrito por: Peace Agent Max Raphael
Un inspirador viaje traería a 29 extraños, de 19 países, juntos en un solo tiempo y espacio. Ese viaje era la Fellowship “Paz Global en Movimiento 8”, el lugar: Isla de Koh Yao Noi en el sur de Tailandia, y el tiempo fue Junio del 2012. A medida que los participantes llegaron a ver a la isla como un bello santuario, un lugar alejado del estrés y del ajetreo, lejos de las demandas de la vida cotidiana, se convirtió en su isla de paz.
El inicio de la Fellowship fue con un rally. En la cuarta estación del rally los peace rebels, que no se habían conocido anteriormente, se divirtieron juntos y jugaron juegos como “mensaje roto”, “adivinar palabras”, pintar el muro de la paz y el logo principal, porque como ellos habían descubierto, una gran amistad comienza con la risa compartida. Durante la Orientación, los participantes aprendieron cómo un simple acto de sacarse las sandalias o trapear el piso, cuando lo hacen conscientemente, puede ser un completo gesto de paz. Todo lo que hicieron regresó al centro de la paz, que es el centro del cuerpo. Las actividades diarias incluían meditación, limpieza, compartir las comidas, clínicas de meditación y yoga en la mañana.
“Limpiar adentro y afuera” capturó el corazón de PIPE. A los participantes se les pidió cerrar los labios y trabajar en equipo para limpiar el sitio del retiro. Diligentemente barriendo un camino en medio de la selva, sacando residuos mientras simultáneamente se limpiaba la mente, y trayendo claridad adentro y afuera. Natalia, de Ucrania, compartió su experiencia “Limpiar adentro y afuera” “Sentí como que estaba en meditación. Me siento tan limpia, y entendí que puedo realmente hacer todas las cosas conscientemente, con paz y felicidad.”
Cada día los Peace Rebels meditaban por al menos cuatro horas, comenzando la primera sesión a las 5:30 am, justo antes del amanecer. Lentamente, el viaje produjo a la mente volverse familiar con el estado de quietud. La mente, en su estado natural, es una bella visión para los “ojos interiores”. A medida que la mente se aquietaba, calmándose suavemente, todas las “adiciones no naturales” disminuyeron y la verdadera naturaleza de la mente fue revelada, limpia, prístina, clara como un cristal, luminosa, más brillante que el sol del medio día y linda como la luna llena. La naturaleza de la mente es alegre y una poderosa fuente de bondad. Es la manera en que la mente debería estar, y así como la luminosidad es inherente a la mente natural, también la felicidad, la paz, alegría y el amor son sus efectos naturales.
Carsten, de Alemania, experimentó esta felicidad y amor cuando la mente llegó a nivele más profundos de quietud “Encontré mi centro y visualicé una bola de luz allí continuamente. El sentimiento de alegría y felicidad aumentó y mi centro se expandió fuertemente. Luego de eso, sentí una repentina corriente de felicidad pura por todo mi cuerpo.”
Durante la actividad “Google con monjes”, el grupo “entrevistó” a los monjes guías sobre sus vidas en un ambiente desenfadado y casual, y las clínicas de meditación ofrecieron invaluables oportunidades de recibir consejos privados y guías de los monjes. Incluso cuando ellos tienen diferentes maneras de pensar y de hacer las cosas, la meditación es el punto en donde la mente de todos se encuentra en el mismo lugar.
La última noche culminó con una mágica ceremonia de velas. La luz de las velas, y el poder que tienen de iluminar la oscuridad de la noche, se parecía al poder de la luz de la paz cuando meditaban juntos. Una bella visión, tanto interna como externa.
Entre cada amanecer y atardecer, la Isla de la Paz fue cautivante para los sentidos y un parque de juegos para el espíritu de la camaradería. Fatmata, de Sierra Leona, dice “… ves gente que tiene diferentes opiniones sobre ciertas cosas, con distinto comportamiento, pero todos estamos de acuerdo cuando se trata de la meditación. Para mí es muy bueno ver a todos unidos contruyendo esta fuerza alrededor del tema particular (PIPE)… Poniendo nuestras manos juntas contruimos la misma torre…”
Durante las dos semanas del entrenamiento de la Fellowship, cada participante descubrió una verdad fundamental: no importa en qué parte del mundo ellos se encuentran, la isla de la paz nunca los dejará porque la puerta de entrada a la “isla de la paz” estaba justo adentro de ellos, en el centro de su cuerpo.