Podemos verlo desde distintos ángulos. Supongamos que tuviéramos que tomar un cubo y recoger un poco de agua, incluyendo un poco de fango, de un lago. El agua está un poco turbia debido a que el fango se ha mezclado con el agua y está en movimiento. Si alguien preguntara qué hay en el agua, ¿seríamos capaces de decirlo? Puede ser que seamos capaces de hacer algunas buenas conjeturas. Tal vez haya un trozo de un neumático, tal vez un zapato, una placa de auto, o un pez. En realidad, tendríamos que esperar a que el fango se asentara para que seamos realmente capaces de ver y entonces saber qué hay
Nuestras mentes están siempre activas y en movimiento, como si jaláramos y empujáramos de aquí para allá, tratando de hacer las cosas y organizar todo al mismo tiempo, no siempre vemos las partes más profundas y más sutiles de lo que está pasando dentro de de "nosotros". Quizás, esto es un poco preocupante cuando por primera vez se reflexiona en ello, pero es debido a todo este movimiento mental generamos estrés, ansiedad, presión, pérdida de memoria, confusión, miedo, distracción, falta de concentración durante largos períodos de tiempo, falta de productividad, pérdida de la autoestima o posición, irritabilidad, malentendidos, etc. La lista sigue y sigue.
Cada criatura busca felicidad, pero no todos los caminos conducen a la felicidad continua. Así que tenemos que encontrar la manera de que algún camino sea el correcto ¿Cómo, podemos terminar de buscar y encontrar la felicidad? Pues de eso se trata, ¡detenemos nuestra mente hasta que esté tranquila! Dejamos que el fango en nuestra mente se asiente y luego veremos y sabremos qué es lo que está pasando. Eso es la meditación. Cualquier persona de cualquier religión puede hacerlo, fácilmente y con neutralidad, sin dejar de considerarse defensores de su propia fe o creencia.
La paz interior o la meditación es también una forma en la que realmente llegamos a conocernos a nosotros mismos. Aprendemos lo que realmente somos y lo que estamos haciendo aquí. A veces los grandes problemas tienen las soluciones más simples. Y, como se verá, la meditación tiene beneficios tanto físicos como espirituales. Si lo que deseas es relajarte, dejarte llevar y hacer algo productivo en tu propio desarrollo moral y ético como ser humano, la meditación proporciona esta oportunidad. Se ha demostrado que reduce el estrés y la ansiedad, baja la presión arterial, aumenta el estado de alerta, ayudar a la toma de decisiones, mejorar la capacidad de organización, aumenta la conciencia y la energía.
Muchos meditadores tienen más energía de la que ellos saben que pudieran manejar: tú también, cuando se aprende a dejar ir y no forzar o buscar el control de todo en tu vida. Toda la energía que se usaba anteriormente para tratar de combatir el estrés, la irritación y la frustración es ahora superior para que pudiéramos utilizar a nuestra disposición. Para aquellos que están en el camino espiritual, la meditación da acceso a las partes más profundas de nosotros mismos y de nuestro lugar en el universo que nos rodea. Es el camino a la comprensión completa y el mayor grado de felicidad. No importa que nosotros digamos sólo buenas cosas de la meditación, con el fin de convencerte a meditar, esta es una fruta que está destinada a ser comida y no se acaba de describir su sabor. Al final, es sólo para ti. La meditación elimina la venda de los ojos, la oscuridad que nos ciega de percibir la verdad. La meditación genera la luz interior que nos da la visión para ver lo que realmente está sucediendo a nuestro alrededor. Y creemos que, en sí misma, habla por sí misma.
La mente funciona así: estás pensando en esto o aquello, sientes que tienes que hacer algo o que hay algo que hacer, especialmente porque temes olvidarlo. Práctica el dejar ir y sabiendo que meditar "en este momento" es nuestra prioridad. Hay un tiempo y un lugar para todo. ¡Deja ir! Todo tiene solución. Las repuestas están dentro de nosotros mismos, sólo tenemos que crear ambiente adecuado, será la condición para que surjan las repuestas. Cuando mantenemos nuestra mente de una manera cabal con la relajación, delicadeza, suavidad y tranquilidad, más rápido podremos obtener resultados. Como muchas otras cosas: todo llega cuando menos lo esperamos.
Muchas veces podemos sentirnos frustrados o irritados durante la meditación. "Tengo un mal día, las cosas no van bien, y la meditación no está ayudando!" A veces las cosas simplemente necesita un poco de tiempo para poderlas procesar. Sé compasivo y mantente contento contigo y tu estado actual. Profundiza en la alegría y la satisfacción con el esfuerzo actual que estás visualizando. Disfruta de la meditación, utilízala como un escape del mundo exterior. Además, no trates de forzarte meditando. Si estás empezando, ve a tomar un pequeño descanso, estírate, toma un vaso de agua o cualquier otra cosa que quieras y vuelve a intentarlo. No trates de forzarte demasiado, no quieras explotar. Sin embargo, debes saber que no importa lo que está pasando fuera o dentro, no importa si tienes demasiadas distracciones, la verdadera paz y quietud están más allá de eso, más allá de nuestros sentidos, es más profundo que el silencio dentro de nosotros.
A veces puedes sentirte con demasiada pereza y sin energía para meditar. Trata de hacer de la meditación la parte más fácil de tu día. Cuando te sientas a cerrar los ojos, sólo hazlo fácil y simple. No lo hagas rápido, ve paso a paso, y disfrútalo. La satisfacción es la clave para la persistencia. Así es más fácil y sonríe mientras estás meditando; no tienes nada que perder intentando, tienes mucho que ganar. No sólo eso, si realmente lo haces fácil y aprendes a dejar ir y a seguir los pasos, te darás cuenta de toda la energía que tienes, y eso te dará mucho ánimo. Algunas veces, puede ser que te distraigas y parezcas estar atrapado en una corriente de pensamientos continuos. Deja que el caudal del río siga, no quedes atrapado en él, suavemente sal a flote. No tires hacia fuera, no empujes; no necesitas forzar nada. Tu objetivo es aquietar la mente con suavidad y dulzura. Es posible que también puedas preocuparte por su desempeño. "¿Por qué no he mejorado? ... ¡Esto no está funcionando! ... etc." Déjalo ir. Sólo al poner el esfuerzo en la práctica, se está garantizando el éxito. Es lo mismo que "ponerlo por escrito", pero es progresivo. Esta es una maratón, no una carrera. Encuentra tu ritmo y ve con la corriente. El punto principal es simplemente: estar contento, satisfecho con el momento suave, acariciante, delicado y estable por dentro. Deja de usar los ojos para ver el interior, y trata de no pensar. Ábrete y dejar de lado las cuestiones que surgen desde dentro. No te apegues a ellas. Debes de saber que el objetivo de sentarte a meditar, es encontrar un poco de paz interior. Hazlo simple. Descansa la mente en el cuerpo del mismo modo que colocas una hoja de papel en una mesa y das un paso atrás. Observarás que la hoja se queda quieta, pero si enciendes el ventilador o abres la ventana, volará. ¡Hazlo simple! Si estás demasiado distraído, abre un poco los ojos y vuelve a empezar. La construcción de una base sólida es esencial, por favor no lo pases por alto, mantén la motivación y la coherencia.
Como hemos dicho antes: sólo por poner el esfuerzo en la práctica, se está garantizando el éxito. Es lo mismo que "ponerlo por escrito", pero esto es progresivo. Si sigues una rutina, no será difícil. Que te sea simple, fácil y agradable. Sabrás que estás en el camino correcto cuando se tiene una combinación o variación de algunos de los indicadores siguientes: concentración en un punto fijo, sentimientos de vacío o vacuidad, suavidad, dulzura, delicadeza, estabilidad, alegría, felicidad, ecuanimidad, sentido de liberación y una sensación de amplitud y libertad a tu alrededor. No seas demasiado crítico y analítico, no seas cínico. "Quédate quieto!" , como diría tu mamá. Thomas Edison trató más de 1.000 pruebas para fabricar una la bombilla eléctrica. Al final encontró lo que buscaba, él no se dio por vencido y podemos estar seguros de que él tenía algunas dudas en el proceso. Edison empezó desde cero, aquí ya tienes el método, la fórmula para el éxito, sólo síguela y obtendrás resultados. Tienes la caja de fósforos y los cerillos, depende de ti encender tu fuego interior. Con tiempo y práctica, aprenderás cómo poner las piezas juntas en la forma que más te convenga. Eso dará siempre frutos. Recuerda que no debes apresurarte pero sí disfrutar del proceso. ¡Hazlo simple!.